Las lesiones de pádel: Introducción

By 22 enero, 2018Sin categoría

El pádel es un deporte muy divertido y que tiene unas características de juego muy particulares. Todo sabemos que es relativamente sencillo conseguir un nivel aceptable como para pasarlo bien sobre la pista. Es precisamente este ritmo de juego, lo que puede determinar que se puedan sufrir determinadas lesiones que se deben intentar evitar desde el principio.

LA IMPORTANCIA DE LA TÉCNICA DE APRENDER A JUGAR SIN LESIONARNOS

Al igual que en cualquier deporte, la técnica es fundamental para jugar bien y superarse a uno mismo pero también lo es para no lesionarnos.

Es muy habitual que nos apuntemos a clases para mejorar nuestra técnica y nuestro juego, siguiendo las pautas que nos marque el profesor de turno. Esto es correcto, pero ¿No deberíamos aprender también a cómo no lesionarnos jugando al pádel? Este aprendizaje sería lento, menos intuitivo y seguramente nos exigiría más esfuerzo y paciencia pero, ¿No merecería la pena si a largo plazo nos ayudara a evitar lesiones?

El principal problema de jugar sin una técnica adecuada a nuestro físico es que forzamos, sobre-estiramos, tensionamos tendones, ligamentos y músculos para poder llegar a todas las bolas o simplemente ¡no caernos!

JUGADOR PROFESIONAL VS JUGADOR AFICIONADO

Al contrario de lo que se pueda creer, las lesiones que sufre un jugador profesional tienen poco que ver con las que sufre un jugador aficionado.

El jugador profesional realiza una preparación física y técnica especialmente adecuada a sus condiciones naturales.

El jugador aficionado tiene una técnica que ha aprendido por su cuenta a la que añade algunas clases esporádicas. Lo importante es pasarlo bien y divertirse ¿no? ¡Por supuesto que sí! Pero claro, esto no significa que esa actitud no vaya a pasarnos factura.

Las lesiones de pádel son lesiones importantes y no debemos restarle importancia. Una lesión en el codo, brazo y antebrazo puede obligarte a que dejes el pádel por una larga temporada, pero lo que es peor: te puede hacer la vida imposible en tu trabajo. La utilización del brazo puede llegar a ser dolorosa y muy pesada.

Este tipo de lesiones van acompañadas en la mayoría de las ocasiones de un daño de la muñeca o la mano, pero también del hombro. La verdad es que podría empezar en cualquiera de los sitios. La tendencia después de que pase el proceso agudo, es que se cronifique haciendo que, en mayor o menor medida, tengamos afectados el hombro, el codo y la mano, y en la mayoría de los casos también las cervicales e incluso la zona dorsal de la espalda.

Las lesiones más habituales de un jugador profesional pueden ser tendinitis, distensiones, contracturas. Sin embargo, como hemos visto, las de un jugador aficionado pueden ser mucho más importantes

 

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