Ya se acerca la Navidad y estaba pensando preparar dos artículos, uno como prevención y otro para aquellos que no hayan hecho caso del primero (la mayoría de nosotros), pero eso es lo que hago año tras año y, al final, da el mismo resultado.
Podréis encontrar miles de artículos que os digan qué debéis tomar y qué no, haciendodel acto de comer el más importante en estos días. Nadie nos obliga a comernos día tras día los turrones o mazapanes que ponen delante de nosotros, a comernos más del doble de cantidad de comida de la que estamos acostumbrados, a nadie le gusta luego sentirse lleno hasta el punto de no poder apenas moverse de la silla o del sofá… entonces, deberíamos preguntarnos ¿por qué lo hacemos? ¿Si no hacemos caso a nuestro propio cuerpo cuando nos manda señales de aviso, vamos a hacérselo a un artículo que nos diga qué está prohibido comer o qué está permitido?
Como nutricionista os puedo aconsejar que no abuséis ni con las cantidades, ni con los dulces ni con la ingesta de alcohol y que aprovechéis el tiempo libre para realizar ejercicio físico pero como persona os digo que disfrutéis de estos días especiales con la familia, dándole más relevancia a la compañía y menos a la comida.
“Excederos” de cariño, “llenaros” de ilusión y ojalá no os “podáis” levantar de la silla porque no queráis que se acabe el día.
¡Felices fiestas!
