Los problemas óseos que se dan con más frecuencia son la artrosis y la osteoporosis.
Artrosis
Es consecuencia de la destrucción del cartílago que cubre el hueso en las articulaciones y que pierde así su función de almohadilla, por lo que la articulación tiene menos movimiento y se hace dolorosa. Las partes del cuerpo donde afecta con mayor frecuencia son las manos, la columna vertebral, las caderas y las rodillas.
El riesgo de sufrir artrosis aumenta con la edad y con un exceso de peso.
Osteoporosis
Es la pérdida excesiva de hueso y que predispone a la fractura de éste por mínimos traumatismos.
La prevención se fundamenta en el ejercicio físico y una dieta abundante en leche y sus derivados. También se deben evitar ciertos factores favorecedores como el exceso de cafeína, alcohol o tabaco.
Alimentos para prevenir o disminuir el riesgo de padecer problemas óseos:
- Lácteos, derivados lácteos y cereales: El consumo de estos alimentos es esencial para fortalecer los huesos por su aporte en calcio pero, además, por su contenido en Vitamina D, fósforo y magnesio.
- Pescado azul: Pescados como el atún, el salmón o las sardinas nos aportan Vitamina D. Esta vitamina es esencial para una buena absorción de calcio ayudando a mantener un nivel adecuado de éste en la sangre. Los pescados enlatados que mantienen el esqueleto también son muy recomendables para personas con problemas óseos. Pero, sin duda, el alimento estrella que nos aporta esta vitamina es el aceite de hígado de bacalao, un producto poco común en las cocinas.
- Soja: La leche de soja es una fuente rica de vitamina D.
- Legumbres y frutos secos: El fósforo es un micro-nutriente que está presente en estos grupos de alimentos y que su déficit dificulta la absorción del calcio.
- Verduras de hoja verde: Verduras como las espinacas, el brócoli y las coles de Bruselas son alimentos con un alto contenido en vitamina K. Esta vitamina influye en la metabolización de una proteína llamada osteocalcina, la carencia de la cual aumenta el riesgo de sufrir fracturas óseas.
