El tipo de lesión de pádel que sufre este jugador suele ser compleja y por norma general implica al resto de la cadena muscular asociada a la articulación que se lesiona. En caso de ser la muñeca, el hombro y codo acaban por estar en lesión también. Esto puede ocurrir también con el profesional pero en ese caso suele ser más específico y además es más difícil que ocurra.
Todo el mundo habla de las epicondilitis o codo de tenis refiriéndose a las tendinitis de codo que sufren los jugadores de pádel aficionados y esto es absolutamente inexacto. Es muy raro que este tipo de tendinitis de codo, sean epicondilitis sin más. Suelen implicar tendones, ligamentos y músculos que no son los que conforman la llamada lesión de codo de tenis o epicondilitis. En un jugador no profesional es más probable que pudieran aparecer diferentes tipos de lesiones en cualquier parte de la musculatura e inserciones tendinosas del antebrazo y ligamentos del codo.
Las tendinitis en general se provocan por un movimiento reiterado y constante y a veces incluso sin prestar atención a lo que se está haciendo, y en este caso no es solo eso lo que está pasando.
Por poner una causa frecuente de las lesiones en pádel os cito el muñequeo, esta acción provoca una lesión de muñeca, codo y hombro bastante compleja y muy difícil de normalizar, sobre todo si no se tienen en cuenta los diferentes parámetros lesionales de los que se compone. No se suele resolver sola, ni con reposo ni sin él. Incluso te pueden hacer rehabilitación, pero si no es específica, es posible que no se consiga nada. Esperas tiempo y vuelve a aparecer, empiezas a jugar porque aparentemente ya no la tienes, porque te ha dejado de doler, y vuelve otra vez ¡Nunca se fue del todo!
Las lesiones del pádel son realmente complejas, se les resta importancia porque el que juega no suele ser profesional y no vive de ello, pero poco a poco va «machacándose» los brazos, las rodillas e incluso la espalda pero como algunas de esas “cosas” ya dolían antes, o si aparece algo nuevo se dice que es la edad o algún tipo de excusa similar, se va dejando a ver si se pasa, y en la mayoría de las ocasiones esto no sucede.
No merece la pena esperar a ver qué pasa, ni tampoco dejar de jugar si no es necesario, lo mejor es realizar una valoración articular y determinar qué es exactamente lo que pasa y tratarlo.