En nuestro servicio de Fisioterapia Traumatológica, son muchos pacientes los que acuden a rehabilitación tras ser intervenidos colocando una prótesis total de rodilla. La artroplastia de rodilla (prótesis de rodilla) se ha convertido en una operación común que ha evolucionado mucho a lo largo de los años. Es una operación fiable y beneficiosa para el paciente con gran calidad en los resultados, pero la indicación debe ser razonable y la rehabilitación debe ser guiada por un equipo multidiscilplinar en el que debe estar incluido el servicio de fisioterapia traumatológica.
Indicaciones y contraindicaciones
La colocación de una prótesis total en la rodilla es indicada en pacientes con artrosis de rodilla avanzada, en los que el tratamiento conservador (ejercicio terapéutico, rehabilitación, farmacología) o cirugías conservadoras (osteotomía tibial o femoral, movilización de la tuberosidad tibial), han fracasado.
Es indicada en casos de:
- Artrosis degenerativa o post traumática con destrucción de al menos uno de los tres compartimentos de la rodilla
- Poliartritis reumática
- Necrosis condílea
- Tumor de rodilla
- Es contraindicada en:
- Parálisis del aparato extensor
- Infección
- Mal estado vascular
- Trastornos tróficos
Complicaciones de la artroplastia total de rodilla
Durante el marco quirúrgico podemos encontrar las siguientes complicaciones. Éstas serán tratadas por el equipo médico.
- Hematoma
- Pérdidas sanguíneas
- Lesiones vasculares
- Complicaciones cutáneas
- Infección aguda precoz
- Complicaciones tromboembólicas – trombosis venosa profunda
- Rigidez
Sin embargo, una vez que el paciente ha superado esta fase y es necesario realizar el tratamiento de fisioterapia traumatológica, pueden existir complicaciones tardías que como fisioterapeutas debemos tener en cuenta para garantizar el éxito de la cirugía en todos sus aspectos, y tratar los que sean susceptibles de tratamiento fisioterápeutico.
Complicaciones rotulianas: 60% de las complicaciones. Pueden ser fracturas e inestabilidades de rótula, interrupciones del aparato extensor o “clunck” patelar.
Infecciones: Es muy importante tenerlas en cuenta. El diagnóstico debe ser bioquímico, radiológico y bacteriológico. Debemos estar atentos a signos como inflamación, rubor, y dolor difuso y derivar inmediatamente a un médico en caso de sospecha.
Complicaciones de la herida: Si la herida no cicatriza bien puede comprometer el resultado de la cirugía (infección, rigidez)
Parálisis del nervio ciático poplíteo externo: Se produce en menos de un 3% de los casos. Si ocurre, la rehabilitación posterior consistirá en utilizar un aparato antiequino y realizar estiramientos.
Luxación posterior de la prótesis: Es una complicación rara. Puede producirse por un equilibrado ligamentario defectuoso, resección ósea asimétrica o una falta de restauración del eje femorotibial.
Rotura de los componentes protésicos
Rigidez: Durante el postoperatorio el dolor es la causa más importante de rigidez, por la contractura muscular. Se realizan movilizaciones pasivas durante el primer tiemo de rehabilitación. Esta rigidez cede de 6 a 8 semanas después. Si la amplitud disminuye en ese tiempo es que existe alguna otra complicación como infección.
Desde la fisioterapia traumatológica: Evaluación y objetivos
Si no existen las complicaciones mencionadas anteriormente, el tratamiento de fisioterapia se centrará en disminuir hasta eliminar el dolor y mejorar la función: conseguir la máxima movilidad posible.
Anamnesis: Antes de iniciar el proceso de rehabilitación debemos realizar una correcta valoración del paciente. De manera resumida:
Dolor: Evaluación mediante escala visual analógica (EVA) (duración, localización, intensidad…)
Observación: Cicatriz, trofismo, volumen, medición de perímetros, circulación…
Palpación: Temperatura, cicatriz (adherencias), signo de fóvea (para valorar posible edema), puntos dolorosos, tono muscular.
Movilización: Articulación femoropatelar y femorotibial: calidad del movimiento, topes, rango de movilidad. Examen de otras articulaciones
Pruebas musculares: Cuádriceps, isquiotibiales, gemelos. Pruebas de fuerza y de extensibilidad. Análisis de articulaciones próximas (importante la musculatura de la cadera para la marcha)
Pruebas de sensibilidad superficial y profunda
Observación dinámica y pruebas funcionales: Marcha, dificultades en las actividades de la vida diaria.