La mala alimentación que llevamos hoy en día, con el abuso de bollerías y comidas rápidas, ha provocado el aumento del porcentaje de personas con un déficit de vitaminas importante, provocando estragos en su propio organismo.
La carencia de vitaminas, también llamada avitaminosis, déficit vitamínico o hipovitaminosis, está definida como una falta, o deficiencia y en la cantidad de vitaminas que nuestro organismo necesita normalmente, lo cual origina fallos en el metabolismo y da lugar a la aparición de numerosos trastornos y enfermedades.
Causas de déficit vitamínico
Las causas o la etiología del déficit vitamínico son:
- Falta de ingesta o falta de aporte: ya sea por pobreza, por baja ingesta proteica, por realizar dietas inadecuadas (adelgazamiento, vegetarianismo no controlado, etc.), o ausencia de alimentos frescos disponibles.
- Falta de apetito: causado por diferentes trastornos psicológicos, psiquiátricos, anorexia, o por alguna enfermedad asociada.
- Uso aumentado y creciente de alimentos refinados: los cuales pierden la mayoría de las vitaminas y minerales
- Mal absorción de nutrientes: producida por una enfermedad celíaca, colestasis, insuficiencia pancreática, alcoholismo, gastritis crónica, neoplasias intestinales y la mala absorción de los ancianos.
- Aumento de la demanda: en situaciones como sepsis, embarazo, lactancia.
- Sudoración profusa: donde se pierde el ácido ascórbico.
- Uso de ciertos fármacos: como los antibióticos, anticonvulsivantes, anticonceptivos, diuréticos y citostáticos.
Factores que favorecen la aparición de los estados de carencia
- Tabúes y costumbres alimentarias erróneas donde se descarte algún tipo o grupo de alimentos.
- Falta de educación sanitaria-nutricional.
- Sustancias como las anti vitaminas contenidas y en los medicamentos y alimentos.
- Las interacciones que existen entre las vitaminas y demás nutrientes como los glúcidos, las proteínas, otras vitaminas, los minerales, las grasas, etc.
- Enfermedades y trastornos del organismo que predisponen a carencias bien definidas.
¿Quiénes son los grupos de riesgo?
Algunas personas cuentan con carencias vitamínicas sistemáticas, y son candidatos a predisponerse a problemas por carencia de atención a estas falencias alimenticias. Son de destacar los siguientes casos:
- Niños: que no se alimentan adecuadamente, capricho, enfermedad, falta de apetito, etc., resultan muy vulnerables a las carencias.
- Ancianos: por incapacidad de masticar o tragar por problemas de disfagia, por algún desorden motriz que le impida llevar a cabo la acción de comer, por trastornos de mal absorción, etc. Suelen tener deficiencia de piridoxina, cobalamina y niacina.
- Embarazadas y lactantes: por aumento de las necesidades de vitaminas y demás nutrientes durante esta etapa de la vida.
- Deportistas de alto rendimiento, que pueden llegar también a tener un aumento en la demanda de nutrientes.
- Personas excesivamente preocupadas por su figura: personas preocupadas por su figura suelen llevar un régimen restrictivo, por considerar que se encuentran en exceso de peso o de masa grasa. Estos regímenes restrictivos comerciales consideran 900 a 1400 Kilocalorías (comunmente llamadas Calorías), y suelen ser muy desequilibrados en su contenido, así generando carencias vitamínicas y de minerales.
- Consumidores de comidas rápidas: aquellos que sacian su apetito permanentemente con productos envasados, generando así un desequilibrio de componentes en su organismo. Para estos casos suele reflejarse el problema ante fatigabilidad en esfuerzos y astenia y son indicadores de subcarencia vitamínica.
- Vegetarianos Veganos: los vegetarianos de este tipo suelen presentar ausencia de vitaminas presentes en productos cárnicos, de mar o lácteos. Sin embargo los lacto u ovo-lacto-vegetarianos, pueden también presentar fallas vitamínicas por la práctica incorrecta de su inclinación alimenticia.
Síntomas de carencia de vitaminas
Los síntomas generales que sugieren la existencia de una carencia vitamínica son:
- En los niños: atraso en el crecimiento (peso y talla), retraso en el rendimiento escolar, infecciones respiratorias recurrentes, falta de apetito, diarrea crónica, retraso en la maduración psicofísica, fotofobia, dolor al pararse o sentarse.
- En adolescentes y adultos: anorexia, adelgazamiento, lasitud y adinamia, falta de atención, estomatitis, irritabilidad, diarrea crónica, ceguera nocturna, fotofobia, calambres y dolores musculares, diátesis hemorrágica, lagrimeo anormal, parestesias.
Recomendaciones nutricionales
Un punto importante a tener en cuenta es que un alto porcentaje de las vitaminas contenidas en los alimentos, puede perderse durante la elaboración, cocción o almacenado de los mismos. Como ejemplo, una parte de las vitaminas hidrosolubles quedan en el medio de cocción, por lo tanto, ese medio húmedo debería aprovecharse y consumirse.
Las vitaminas termolábiles se pierden en parte por las altas temperaturas de cocción. Otras que se hallan en la superficie de los alimentos, se pierden por pelado.
Cuando hablamos de productos refinados, el descascarado que sufren, elimina también parte de esas vitaminas.
Como solución debemos cocinar por breve tiempo al vapor, consumir la piel de frutas y verduras que se puedan, elegir alimentos integrales y no refinados, que los alimentos sean frescos, que nuestra dieta sea variada y equilibrada.
El tratamiento a seguir cuando existe una carencia, es acudir a un profesional, que identifique la o las vitaminas deficitarias, para proceder luego a su suplementación. Por supuesto, es fundamental revisar nuestra alimentación para así solucionar algún desequilibrio en la ingesta, si es que no existe enfermedad alguna como causante de dicha carencia.
En todos los casos, una consulta oportuna a un profesional de la salud, permite detectar carencias vitamínicas y alimenticias y así emprender una educación nutricional. Este consejo es mejor aún si esto se inscribe dentro de una práctica deportiva.