Tras las aperturas de las piscinas y los baños en el mar que tanto deseábamos, os queremos recordar desde la Clínica Fisioterapia Arantxa Sanchis algunos consejos para que no olvidéis que muchas lesiones pueden evitarse con pequeñas precauciones, ya que las zambullidas de cabeza o las malas costumbre de entrar al agua le pueden pasar factura a tus cervicales.

Un verano sin precaución puede ser un verano desastroso para cualquier bañista que no tome las medidas oportunas a la hora de zambullirse en el agua.

LESIONES FRECUENTES

  1. Dolor cervical: mareos, vértigos y cefaleas

Cuando nos lanzamos a la piscina o al mar de cabeza, hay que tener claro cuál es la técnica adecuada para hacerlo, ya que, la zona que recibe el primer impacto es el cuello.

El choque tan brusco del cuello contra el agua provoca un espasmo traumático de la musculatura cervical y dorsal, desencadenando síntomas como los vértigos, mareos o cefaleas tensionales.

En este caso, acudir a la Clínica para que nuestra Fisioterapeuta trate la zona lesionada es la solución al problema, ya que, con las técnicas adecuadas podemos reducir los síntomas y evitar secuelas mayores que pueden perdurar en el tiempo.

  1. Lesiones Medulares

Está lesión es la más peligrosa y con las consecuencias más drásticas, ya que una lesión medular implica una pérdida absoluta de la movilidad de manera irreversible, y no hay tratamiento posible, las secuelas son permanentes dejando tetrapléjico al bañista.

 

PREVENCIÓN

  • Evitar las inmersiones bruscas por zambullida. Si lo hacemos, debemos tener en cuenta la altura desde la que nos sumergimos, que debe ser cómo mínimo de tres metros de profundidad. Evitar también lugares no aptos desde los que tirarnos, como son árboles, balcones u otros espacios inadecuados.
  • No tirarse de cabeza en lugares en los que desconozcamos la profundidad, ya que ésta podría ser menor de la que creemos, pudiendo golpearnos y ocasionarnos una lesión medular, que puede ser causa de parálisis.
  • Introducirse en el agua lentamente o tirarse de pie varias veces antes de hacerlo de cabeza.
  • Cuando nos tiramos de cabeza, los brazos deben situarse en prolongación del cuerpo para proteger el cuello y la cabeza.
  • Los lugares con poca profundidad y aguas turbias son peligrosos, porque no podemos visibilizar si hay elementos sumergidos (rocas, árboles u otros objetos) contra los que podamos impactar.
  • Bañarte en las zonas reservadas y habilitadas para el baño, evitando áreas no aptas o por las que circulen vehículos acuáticos (motos, tablas de windsurf, lanchas…). Además, se deben elegir playas o piscinas que estén supervisadas o vigiladas por socorristas, y respetar las banderas de señalización. No nadar a contracorriente. Por suerte, en nuestra zona de costa de Gandía y alrededores tenemos socorristas que vigilan nuestra seguridad.
  • En las piscinas se debe tener especial precaución con bordillos y zonas mojadas para no resbalar, caer al agua, lesionarte o lesionar a otros. También se debe tener precaución con los toboganes y trampolines.
  • Vigilar a los niños, aunque sepan nadar, ya que, ante un ahogamiento, y con tan solo tres minutos sin respirar, se pueden producir daños cerebrales irreversibles. También es conveniente tener cuidado con las olas del mar. Un mal golpe de ola puede propiciar un traumatismo cervical y producir una tetraplejia para toda la vida.
  • Evita bañarte de noche o cuando has consumido alcohol, ya que nadie podrá verte si te ocurre algo. Además, con el alcohol disminuye tu capacidad de reacción ante un peligro y aumenta la desinhibición, lo que fomenta las conductas de riesgo.

 

Ya sabéis que, si notáis cualquier molestia, lo mejor es que nos visitéis para daros un diagnóstico y tratamiento adecuado para evitar que la lesión empeore o, en el peor de los casos, os arruine las vacaciones.

El teléfono de cita previa es 628 693 366 y nos podéis encontrar en C/Vicente G.Peiro 7, bajo Rafelcofer (46716).

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