Lesión del LCA (Ligamento Cruzado Anterior)

La rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) es una lesión en la rodilla que suele afectar a los jugadores de fútbol, jugadores de baloncesto, esquiadores, gimnastas y otros atletas. Alrededor del 70% de las roturas del LCA son el resultado de lesiones sin contacto, el otro 30% son el resultado de un contacto directo (jugador contra jugador, jugador contra objeto). Las mujeres tienen entre 4-6 veces más de probabilidades que los hombres de sufrir una rotura del LCA.

Por lo general, la persona será examinada de inmediato por un fisioterapeuta o un traumatólogo tras la lesión. La mayoría de las personas que sufren una rotura del LCA se someten a cirugía para reparar la rotura, sin embargo, algunas personas pueden evitar la cirugía mediante la modificación de su actividad física. De hecho, algunos pacientes pueden volver a la actividad física intensa sin someterse a cirugía, tras un período de rehabilitación. El fisioterapeuta, junto con su cirujano, le pueden ayudar a determinar si el tratamiento no quirúrgico (rehabilitación sin cirugía) es una opción razonable para usted. Si usted decide someterse a la cirugía, su fisioterapeuta le ayudará a prepararse en el preoperatorio y en el postoperatorio para recuperar la movilidad, fuerza y equilibrio normal de su rodilla.

¿Qué es una rotura del LCA?

El LCA es uno de los principales ligamentos que conectan el fémur a la tibia. Se puede romper si:

  • Se gira la rodilla mientras el pie queda fijo en el suelo
  • Se para de repente mientras se corre
  • Si se cambia todo el peso del cuerpo de una pierna a otra repentinamente
  • Al saltar y caer con la rodilla totalmente extendida
  • Al recibir un golpe directo en la rodilla
  1. SÍNTOMAS Y SIGNOS

Síntomas tempranos:

  • Un sonido “crujiente” al momento de la lesión
  • Inflamación de la rodilla dentro de las 6 horas posteriores a la lesión
  • Dolor, especialmente cuando usted trata de poner peso sobre la pierna lesionada

Aquellas personas que tienen sólo una lesión leve pueden notar que la rodilla se siente inestable o parece “aflojarse” cuando se utiliza. Cuando se desgarra el ligamento cruzado anterior, se puede sentir un dolor agudo, intenso o escuchar un fuerte “pop“. Puede que no sea capaz de caminar sobre la pierna lesionada, ya que no puede soportar su peso a través de la articulación de la rodilla.

  1. TRATAMIENTO

    2.1 Tratamiento sin cirugía

En varias investigaciones actuales, se ha identificado un grupo específico de pacientes capaces de recuperarse de la lesión sin necesidad de cirugía. Si el traumatólogo no le recomienda operarse, su fisioterapeuta le diseñará un programa específico de tratamiento de fisioterapia, lo más probable incluyendo la potenciación de la musculatura estabilizadora de la rodilla (músculo cuádriceps principalmente), las movilizaciones pasivas de la rodilla y ejercicios de propiocepción (equilibrio, coordinación). Si existe dolor y/o inflamación también pueden usarse técnicas analgésicas y antiinflamatorias.

    2.2 Tratamiento antes de la cirugía

Algunos cirujanos ortopédicos derivan sus pacientes a un fisioterapeuta para realizar sesiones de fisioterapia antes de la cirugía. Su fisioterapeuta le ayudará a disminuir el hinchazón, aumentar el rango de movimiento de su rodilla, y a fortalecer los músculos del muslo (cuádriceps). Las investigaciones realizadas muestran que realizar fisioterapia antes de la cirugía, mejora los resultados de recuperación después.

    2.3 Tratamiento después de la cirugía

Su cirujano le dará algunas instrucciones después de la cirugía. Existen diversos protocolos y guías clínicas publicadas por fisioterapeutas especializados en esta lesión. Algunas recomendaciones son estas:

  1. Apoyo del  peso.Inmediatamente después de la cirugía, utilizará muletas para caminar. La cantidad de peso que puede apoyar y el tiempo de uso de las muletas dependerá del tipo de cirugía reconstructiva que le hayan realizado. Le enseñarán a caminar correctamente y le explicarán cómo cargar el peso progresivamente.
  2. Crioterapia.Inmediatamente después de la cirugía,  le ayudará a controlar la inflamación mediante la aplicación regular de hielo.
  3. Férula. Después de la intervención llevará una férula que sirve para limitar el movimiento de la rodilla (el rango de movimiento).
  4. Ejercicios para aumentar la movilidad. Losejercicioscomienzan casi inmediatamente después de la cirugía. La primera fase del tratamiento se basa principalmente en ganar movilidad articular de la rodilla. Junto con movilizaciones pasivas y ejercicios suaves. El objetivo se centrará en la recuperación total del movimiento de la rodilla.
  5. Ejercicios para aumentar la fuerza.En las primeras 4 semanasdespués de la cirugía, aumentar la capacidad de carga sobre la rodilla. Los ejercicios se centrarán en los cuádriceps y los isquiotibiales (músculos del muslo) y puede estar limitada a un rango específico de movimiento para proteger la plastia del LCA. Se utilizara la electroestimulación para ayudar a restaurar la fuerza del cuádriceps.

Aproximadamente entre las semanas 5 a 12, podrá empezar a caminar sin muletas y a recuperar un patrón de marcha normal. Se aumentará la intensidad de sus ejercicios y añadirá ejercicios de propiocepción a su programa. Después de 3-4 meses, los músculos del muslo deberían tener alrededor del 75% de la fuerza de los músculos de su lado sano.

  1. Regreso a su deporte o actividad física.Puede comenzar ejercicios de equilibrio, correr, saltar y otros ejercicios específicos de su deporte. Esta fase varía mucho de una persona a otra. Un estudio mostró que el regreso al deporte moderado varía entre 6 y 12 mesesdespués de la cirugía. Usted podría estar listo para regresar a su deporte si:
  • Ya no tiene dolor ni inflamación
  • No tiene la sensación de inestabilidad durante la práctica deportiva de actividades específicas, tales como saltar y caer con todo el peso
  • La fuerza del cuádriceps es del 90% en relación al lado sano

 

Lesión de Meniscos

La rotura de menisco es una de las lesiones más comunes en la rodilla. Cada rodilla tiene dos meniscos -cartílagos en forma de “C” y de “O” que actúan como amortiguador entre la tibia y el fémur-. La rotura de un menisco puede causar dolor, inflamación y rigidez. También puede sentirse inestabilidad en la rodilla.

La rotura de menisco está causada generalmente por una torsión o flexión forzada de la rodilla. Normalmente está relacionada con un movimiento brusco y forzado. Al estudiar los factores etiológicos mecánicos, se considera que la lesión de menisco aparece como resultado de la fuerza compresión, tracción o por una combinación de ambas. La lesión es el resultado de la acción del peso corporal combinada con los movimientos incorrectos, forzados o excesivos, tanto de la flexión-rotación como de la extensión-rotación. La combinación del peso corporal con el esfuerzo rotacional durante la flexión o extensión es un factor aceptado como una causa de lesión de los meniscos.

Es una lesión muy común entre deportistas, sobre todo en fútbol, baloncesto, tenis y esquí. En las personas adultas, los procesos degenerativos de la rodilla pueden ocasionar desgarros y roturas en los meniscos.

Tenemos diferentes tipos de roturas de meniscos:

 

  1. SÍNTOMAS Y SIGNOS

Cuando existe una rotura de menisco pueden aparecer los siguientes síntomas:

  • Dolor agudo e intenso en el área de la rodilla
  • Sentir una sensación de desgarro
  • Dificultad para caminar
  • Dificultad para enderezar la rodilla
  • Inflamación en las primeras 24 horas de la lesión

1.1 ¿Cómo se diagnostica una Rotura de Menisco?

El fisioterapeuta:

  • Llevará a cabo una evaluación exhaustiva, que incluye una revisión detallada de su lesión, sus síntomas y su historia clínica.
  • Realizará pruebas especiales para medir la amplitud de movimiento en la rodilla y determinará qué movimientos y posiciones específicas aumentan sus síntomas.
  • Utilizará una serie de pruebas que aplican presión en el menisco para determinar si está dañado.

Los resultados de estas pruebas pueden indicar la necesidad de nuevas pruebas diagnósticas tales como la Ecografía o una Resonancia Magnética.

  1. TRATAMIENTO

Existen varios grados de lesión en una rotura de menisco. Tras el diagnóstico, se debe valorar si es necesario realizar una cirugía o no.

2.1 Tratamiento sin cirugía

Los objetivos en la rotura de menisco son reducir los síntomas (dolor e inflamación principalmente) y la recuperación de la movilidad, fuerza y propiocepción de la rodilla. Le realizarán una exploración física de su rodilla y decidirá qué técnicas son las más adecuadas para su caso. El tratamiento de fisioterapia puede incluir algunas de estas técnicas:

  • Electroterapia analgésica y antiinflamatoriapara reducir el dolor y la inflamación
  • Movilizaciones pasivaspara aumentar la movilidad articular
  • Ejercicios de potenciación de la musculatura(principalmente cuádriceps)
  • Electroestimulaciónpara reforzar la musculatura
  • Estiramientos
  • Ejercicios de propiocepción(equilibrio y coordinación)
  • Crioterapia(aplicación de hielo)

En la fase aguda de la lesión, es recomendable la aplicación de hielo varias veces al día. Programa de ejercicios para realizar diariamente en su domicilio.

2.2 Tratamiento tras cirugía

La extirpación quirúrgica del cartílago roto (menisectomía) por lo general es un procedimiento simple que requiere pocas sesiones de fisioterapia. La mayoría de las personas son capaces de volver a su nivel anterior de actividad, incluyendo los deportes, en menos de 2 meses. El tratamiento de fisioterapia tras una meniscectomía, no difiere mucho del tratamiento que se realiza en lesiones de menisco no operadas. Los primeros días tras la operación puede que deba llevar muletas hasta que sea capaz de caminar sin dolor.

A veces, los cirujanos deciden reparar el menisco en vez de eliminarlo completamente. Los estudios han mostrado, que si una reparación de meniscos es posible, los resultados a largo plazo son mejores que la meniscectomía, ya que la reparación reduce el riesgo de sufrir procesos degenerativos en la rodilla.

  • Las reparaciones de meniscosuelen necesitar más tiempo de recuperación que las meniscectomías. Su fisioterapeuta le ayudará a reducir el dolor y la inflamación, y recuperar la funcionalidad de su rodilla. En ocasiones, en la fase de recuperación, deberá llevar una férula para proteger el menisco reparado. Estas férulas permiten la extensión completa de la rodilla pero limitan la flexión, con el fin de prevenir estrés en la reparación del menisco. La rapidez en la recuperación está determinada por diversos factores, entre ellos, la cirugía realizada, la gravedad de la lesión y las preferencias del cirujano. Su fisioterapeuta le enseñará un programa de ejercicios para realizar en casa, así como consejos básicos para la prevención.

2.3 Volviendo a la actividad

Ya sea una rotura de menisco operada o no, el fisioterapeuta juega un papel importante para ayudarle a regresar a sus actividades anteriores. Le ayudará a aprender a caminar de forma normal y a subir y bajar escaleras con facilidad.

  • Si tiene un trabajo o estilo de vida físicamente exigente, la fisioterapia puede ayudarle a volver a estas actividades y mejorar la forma de hacerlas.
  • Si es un atleta, puede necesitar un curso más extenso de rehabilitación. El fisioterapeuta le ayudará a restaurar completamente su fuerza, resistencia, flexibilidad y coordinación para ayudar a maximizar el retorno al deporte y prevenir una nueva lesión. Volver a los deportes varía mucho de una persona a otra y depende de la gravedad de la lesión, el procedimiento quirúrgico específico, la preferencia del cirujano y el tipo de deporte.
  1. PREVENCIÓN

Existen algunos estudios que concluyen que el ejercicio físico y el uso de algunas férulas pueden ayudar a prevenir una rotura de meniscos. Es necesario investigar más sobre esta cuestión. En cambio, sí sabemos que:

  • Mantenerse físicamente activo ayudan a prepara a su cuerpo para una actividad o deporte exigente
  • El ejercicio regular ayuda a mantener la fuerza muscular que estabiliza la rodilla
  • Aunque los accidentes son difíciles de prevenir, evitar torcer o girar rápidamente, mientras el pie queda fijo en el suelo, puede ayudar a prevenir roturas de menisco.